En los tiempos llamados del Gran Interior, o la Sociedad Indoor, quizá la poesía sea todavía un recurso posible para hacer sitio hacia afuera, en zona extraterritorial, para abrir espacios donde aprender a respirar de nuevo, o por última vez. O quizá sea imposible. Aunque, por otra parte, como apuntara Juan Larrea, hay también un momento en que lo imposible se vuelve inevitable.