En ocasiones a través del poema convencional, otras mediante la prosa poética, «Versos del equilibrista» indaga sobre cuestiones universales e inherentes al ser humano, tales como la infancia, el amor, la índole temporal del hombre y el oficio de escribir. De este modo, en un ámbito extrañamente lírico y bello, el lector se adentra en una obra que continuamente le invita a la honda reflexión (no exenta de toques irónicos) y le presenta un mundo donde la fragilidad de la existencia y el desasosiego ante un futuro incierto se confrontan con una incesante esperanza.
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- Title page
- Copyright page
- Índice
- Arquímedes lector
- Job
- Sones de acordeón
- Primer café
- Cicerón
- Metempsicosis
- La palabra
- Amor en lo oscuro
- Hacia el final
- Las horas muertas
- Dejando de ser otro
- Costumbre
- Ámbito
- Flor de fangal
- El poeta
- Sólo nos es común la calavera
- Un día en la ciudad
- Para el hombre
- Palabras para Sebastián
- El poeta comulga con la antipoesía
- La fuente
- Por si la soledad
- El regreso de Eva
- El reencuentro
- Reconstrucción de la alegría
- Razón de lo efímero
- La ofrenda
- Visión barroca
- Mujer trascendida
- A Luis Cernuda
- Ahora que estamos solos
- Sólo queda la espera
- No silencies tu sueño
- Rubén Darío
- Intuyo que en los sueños
- Bosquejo infantil
- Sereno adiós
- Me duermo en el rumor de las palabras
- Hiperestesia
- Estirpe
- Madre
- Lector
- La urna de cristal
- Tu nombre
- Tiempo en nosotros
- Diván
- Ablución
- Ser en los otros
- Conciencia ritual
- La memoria
- En una plaza al sol
- Equipaje de mano
- No sólo me desdoblo en los espejos
- Versos del equilibrista