Clásico de la ciencia política, hace una penetrante crítica de la Iglesia y de la política: para acabar con el reino de las tinieblas y la superstición, el nuevo Estado debería excluir con firmeza todos los defectos orgánicos del antiguo, y ser netamente racionalista y laico, un verdadero reino de la luz y de la ciencia.
- Prefacio
- Dedicatoria
- Introducción
- PRIMERA PARTE. DEL HOMBRE
- I. De las sensaciones
- II. De la imaginación
- III. De la consecuencia o serie de imaginaciones
- IV. Del lenguaje
- V. De la razón y de la ciencia
- VI. Del origen interno de las mociones voluntarias, comúnmente llamadas pasiones, y términos por medio de los cuales se expresan
- VII. De los fines o resoluciones del discurso
- VIII. De las virtudes comúnmente llamadas intelectuales, y de sus defectos opuestos
- IX. De las distintas materias del conocimiento
- X. Del poder, de la estimación, de la dignidad, del honor y del título a las cosas
- XI. De la diferencia de maneras
- XII. De la religión
- XIII. De la condición natural del género humano, en lo que concierne a su felicidad y su miseria
- XIV. De la primera y de la segunda leyes naturales, y de los contratos
- XV. De otras leyes de naturaleza
- XVI. De las personas, autores y cosas personificadas
- SEGUNDA PARTE. DEL ESTADO
- XVII. De las causas, generación y definición de un Estado
- XVIII. De los derechos de los soberanos por institución
- XIX. De las diversas especies de gobierno por institución, y de la sucesión en el poder soberano
- XX. Del dominio paternal y del despótico
- XXI. De la libertad de los súbditos
- XXII. De los sistemas de sujeción, política y privada
- XXIII. De los ministros públicos del poder soberano
- XXIV. De la nutrición y preparación de un Estado
- XXV. Del consejo
- XXVI. De las leyes civiles
- XXVII. De los delitos, eximentes y atenuantes
- XXVIII. De las penas y de las recompensas
- XXIX. De las causas que debilitan o tienden a la desintegración de un Estado
- XXX. De la misión del representante soberano
- XXXI. Del reino de Dios por naturaleza
- TERCERA PARTE. DE UN ESTADO CRISTIANO
- XXXII. De los principios de la política cristiana
- XXXIII. Del número, antigüedad, alcance, autoridad e intérpretes de los libros de la Sagrada Escritura
- XXXIV. Del significado de espíritu, ángel e inspiración en los libros de la Sagrada Escritura
- XXXV. De la significación de reino de Dios, de santo, sagrado y sacramento, en la Escritura
- XXXVI. De la palabra de Dios y de los profetas
- XXXVII. De los milagros y su uso
- XXXVIII. De la significación de vida eterna, infierno, salvación, mundo venidero y redención en la Escritura
- XXXIX. De la significación de la palabra iglesia en la Escritura
- XL. De los derechos del reino de Dios en Abraham, Moisés, los sumos sacerdotes y los reyes de Judá
- XLI. De la misión de nuestro bendito Salvador
- XLII. Del poder eclesiástico
- XLIII. De lo que es necesario para que un hombre sea recibido en el reino de los cielos
- CUARTA PARTE. DEL REINO DE LAS TINIEBLAS
- XLIV. De la tiniebla espiritual resultante de la errónea interpretación de la Escritura
- XLV. De la demonología y otras reliquias de la religión de los gentiles
- XLVI. De las tinieblas, de la vana filosofía y de las tradiciones fabulosas
- XLVII. Del beneficio que deriva de tal oscurantismo y a quién beneficia
- Resumen y conclusión
- Índice de nombres y lugares
- Índice de materias