En los años cincuenta, Manolo Vázquez volvió a poner de frente el toreo, que estaba de perfil. En su reaparición, a comienzos de los ochenta, mostró a los jóvenes la belleza eterna del toreo clásico, dando al toro las distancias adecuadas. Con 53 años, se despidió de los ruedos abriendo la Puerta del Príncipe: un caso único en la historia. Ha sido Manolo Vázquez un extraordinario torero y sigue siendo un gran defensor de la Fiesta. Este libro, el primero dedicado a él, muestra su trayectoria taurina, con amplia documentación literaria y gráfica, y explica su concepto de la Tauromaquia. Nadie lo podía escribir mejor que Andrés Amorós: profesor, escritor y gran amigo del maestro, que ha contado con su colaboración y que resume aquí muchas horas de charla con Manolo Vázquez sobre la evolución de nuestra Fiesta.