Dotada de una extraordinaria materialidad, la poesía de Antonio Deltoro está llena de relieves, matices, ecos y reflejos, donde las imágenes se ven, se oyen y se tocan en una plasticidad inusitada […]. Consciente de su condición urbana […], Deltoro se busca en la vegetación y en los animales, con los que se identifica y distingue a un tiempo, como si quisiera encontrar su sitio en la cadena de la vida: “No soy ni un águila, ni un tigre, ni un coralillo, / aunque a veces salto fuera de lo humano”.
- Anteportada
- Portada
- Página de derechos de autor
- Autor
- Contenido
- ANTONIO DELTORO, ENTRE EL PASMO Y LA LUCIDEZ
- NOTA A ESTA EDICIÓN
- De Algarabía inorgánica (1979)
- De ¿Hacia dónde es aquí? (1984)
- Jueves
- Cables
- Árbol consentido
- Papalotes
- Trompo
- Domingo
- Cuídate de mí
- Martes
- Los paisajes hundidos
- De Los días descalzos (1992)
- Primaria
- Submarino
- Viaje
- La plaza
- Fútbol
- Azoteas
- Alcantarillas
- Restorán
- La casa vendida
- Anciano
- Sobremesa
- De Balanza de sombras (1997)
- De mañana
- Sol en un cuarto vacío
- Caligrafías
- Vecinos
- A lápiz
- Los tímidos
- Playa
- Sequía urbana
- Pájaros
- Esta luz
- De El quieto (2008)
- Un árbol
- Camino a la sierra 15
- Niebla
- A un eucalipto
- Oración
- En la costumbre
- Giros
- Fotosíntesis
- En luna menguante
- Retrato
- Hamaca
- El quieto
- De Los árboles que poblarán el Ártico (2012)
- Primavera
- Gatos
- Conversación
- Sartén con papas fritas
- Edad
- Oasis
- La mosca
- A bote pronto
- De Rumiantes y fieras (2017)
- A un vaso
- Una mesa
- Parque México
- En el fondo
- Libélulas
- Preguntas
- La lengua de la amnesia
- Canta la pesadilla
- Pasillo
- Viejos
- De Tres poemas y medio (2017)
- Inéditos
- Zurdo
- Contracubierta