Edición de Juan Manuel Fernández Soria, prólogo de Federico Mayor Zaragoza, Esta obra se publica con motivo de la celebración del Centenario de la Junta para Ampliación de Estudios (1907-2007)
Pierre Bovet, director del Instituto Jean-Jacques Rousseau de Ginebra entre 1912 y 1944, y director de la Oficina Internacional de Educación entre 1925 y 1929, fue también un referente importante para los educadores españoles pensionados por la Junta para Ampliación de Estudios. Fue un activo dinamizador de acontecimientos pedagógicos internacionales relacionados con la Escuela Nueva y la Educación para la Paz. Su obra El instinto luchador, que se publica en la traducción castellana de Domingo Barnés, aborda precisamente el problema de la formación del carácter moral y la educación pacifista, aspectos que Bovet estudia partiendo de la naturaleza instintiva de la lucha en los niños. Llama la atención a los educadores sobre la necesidad de conocer las manifestaciones de ese instinto luchador para canalizarlo, desviarlo o sublimarlo, poniéndolo al servicio del Bien.
En el prólogo Federico Mayor Zaragoza, que fuera Director General de la UNESCO y que dirige actualmente la Fundación para una Cultura de Paz, rebate la idea de que existan tendencias o proclividades hacia la violencia en la condición humana, aunque rescata la idea de Bovet de la necesidad de la educación para crear una cultura de paz.