Stacy Reeves era una mujer demasiado pragmática como para rechazar un millón de euros, sobre todo si para conseguirlo tenía que acostarse con el guapísimo empresario Franco Constantine. Aquella unión sería puro placer.
Lo que Stacy no sospechaba era que la proposición de Franco formaba parte de una apuesta. Si aceptaba, demostraría ser una cazafortunas y Franco conseguiría así el control total de la empresa. A menos que el millonario mintiera por la mujer con la que se estaba acostando…
- Prologo. Por un par de tacones
- La importancia del zapato adecuado
- Una locura de vez en cuando
- De vuelta a la normalidad
- La fama cuesta y hay que aguantarse
- Desde esa noche…
- ¿Ser o no ser políticamente correcta? Esa es la cuestión
- Para ser feliz hay que sudar la camiseta
- Si no lo veo, no lo creo
- De oca a oca y tiro porque me toca
- Un café cargado, por favor. Con sentido común y sin azúcar
- Agua fría y conversación caliente
- Cosas de chicas
- ¿Que hice qué?
- Es bien sabido que la cabra tira al monte
- ¿Y si es por mí?
- Pura fachada
- Sin corazones, corazones no
- El roce hace el cariño
- Nuevos proyectos
- Me encantan las sorpresas
- Cuando menos te lo esperas…
- Amor a 135 metros
- ¿Quién eres tú?
- Los vestuarios masculinos son el cielo de las chicas
- Carpetazo y libreta nueva
- Bienvenido, insomnio
- Demasiado serio, demasiado rápido
- Todo el mundo va a la fiesta
- Horas de más de sesenta minutos
- Dime que sí
- Para eso están los amigos
- ¿Qué pasa aquí? Tú no eres mi cita
- ¿Es que no veis que está conmigo?
- Revelaciones
- Hoy no me puedo levantar…
- Las cosas no siempre son lo que parecen
- El zapato perfecto calza en el hombre perfecto
- Epílogo. Después del fueron felices y comieron perdices
- Agradecimientos