“¿Nos encontrábamos en el no tiempo? ¿Estábamos en un centro donde diferentes robots articulaban palabras y aparentaban sentimientos? ¿Eran seres vivos quienes nos rodeaban?” El Rey del tiempo supone un viaje iniciático hacia un paraíso utópico en el que se conjugan el tiempo y el espacio real con un tiempo y un espacio fantásticos. El transcurso del tiempo auténtico tiene que ver con la bondad y la autenticidad de los actos humanos. En la relación entre el mundo real y el fantástico los relojes cobran vida propia y se relacionan con los valores que son capaces de engrasar el mecanismo del tiempo.