No le importaba tener una mujer en su cama, ¿pero en su cabina de mando...?
Tener que compartir la cabina de mando con la bella teniente Rhona McGregor era muy peligroso. Pero tenían muchas vidas en sus manos y no había tiempo para discutir; necesitaba un copiloto, así que lo mejor era que echara mano de su disciplina militar y mantuviera el deseo bajo control. Desde aquel primer y peligrosísimo vuelo juntos, Nolan Galway se dio cuenta de que entre él y Rhona había algo mucho más poderoso que la pasión. De repente, su corazón respondía a la presencia de Rhona con unos latidos que se parecían sospechosamente al amor...