Él buscaba venganza, ella… la libertad.
Theo llegó a Brasil con un único deseo: aniquilar al hombre que le había destrozado la vida. Además, cuando el orgulloso griego vio a la impresionante hija de su enemigo, supo que la victoria sería mucho más dulce con ella en la cama.
Inez anhelaba escapar de la sombra de su padre y cumplir sus sueños, no que la chantajearan para que fuese la amante de alguien. Sin embargo, la línea entre al amor y el odio era muy difusa y Theo despertó un deseo en ella que nunca habría podido prever.