¿Arruinaría aquel matrimonio perfecto el niño con el que tanto había soñado?
Era el plan perfecto. Melanie Watters deseaba tener un hijo con todas sus fuerzas, así que decidió pedirle al soltero más empedernido de la ciudad, que casualmente era su mejor amigo, que se casara con ella. A cambio de dejarla embarazada, Bailey Jenkins conseguiría escapar de las insinuaciones de las participantes del concurso de belleza del que era juez.
Ambos habían acordado divorciarse después de que Melanie se quedara embarazada, pero vivir con Bailey durante aquel tiempo despertó en ella las emociones más profundas, y las cosas empezaron a complicarse. Melanie se encontraba dividida entre su deseo de tener un hijo y lo que sentía por su marido...