Una red terrorista.
Una telaraña de engaños y mentiras.
Un juego letal cuyo objetivo es la venganza.
Gabriel Allon está a punto de convertirse en jefe del servicio secreto israelí, pero en vísperas de su ascenso los acontecimientos se confabulan para que el legendario espía y restaurador de arte acepte una última misión. El ISIS ha hecho estallar una devastadora bomba en el distrito parisino de Le Marais y el gobierno francés, desesperado, quiere que Gabriel elimine al responsable antes de que ataque de nuevo.
Le apodan Saladino, y es una mente criminal de ambiciones tan grandiosas como su sobrenombre: un individuo tan esquivo que incluso su nacionalidad se desconoce. Oculta tras un sofisticado software de encriptación, su red terrorista se comunica en total secreto, dejando a Occidente a ciegas respecto a sus planes y a Gabriel sin otra alternativa que introducir a un agente en el grupo terrorista más peligroso que haya conocido el mundo. Natalie Mizrahi es una joven doctora tan valiente como hermosa. A petición de Gabriel, se hará pasar por miembro del ISIS a la espera de que llegue el momento de actuar, convirtiéndose así en una bomba de relojería con el cronómetro en marcha, en una viuda negra sedienta de sangre.
Su peligrosa misión la llevará desde los apacibles barrios residenciales de París a la isla de Santorini, y del mundo brutal del califato del Estado Islámico a Washington, donde el implacable Saladino prepara una apocalíptica noche de terror que alterará el curso de la historia. La viuda negra es un thriller apasionante y de absoluta actualidad, pero también es un viaje de descubrimiento hacia el nuevo corazón de las tinieblas, que permanecerá en la memoria de los lectores mucho después de que hayan pasado la última página.
Para sumergirse en la psicología del infiltrado, y también en aspectos bastante estremecedores del mundo en que vivimos, nada mejor que la última novela de Daniel Silva, La viuda negra. Con esta obra ha conseguido un cambio de escala, y se coloca entre lo mejor del género.
La Vanguardia
Silva era periodista y no publicó su primera novela hasta 1996. Sus thrillers están pegados a la realidad. A través de Natalie Mizrahi, la viuda negra, el lector visita campamentos del ISIS, ve cómo funciona por dentro. Pero también conoce la vida de quienes huyen de sus países por el creciente antisemitismo. Gracias a una trama que se estira sin problemas de ritmo, el lector también comprende otros peligros.
Juan Carlos Galindo, El País
Si algo tienen las novelas donde aparece el agente israelí Gabriel Allon es el alto contenido de acción que acompaña la trama. Para tratarse de una novela de espionaje internacional se entiende desde los primeros capítulos y sin apenas esfuerzo nos vemos sumergidos en un conflicto internacional complicado por los numerosos frentes abiertos; lugares insospechados y otros a la vista de todos suponen un laberinto donde la policía se pierde o a veces se confía. Menos mal que hay personajes como el de nuestro protagonista. Pues si algo tiene es que en todas sus novelas consigue captar la atención de los lectores llevándonos tras él en cada paso que da; interesante por su sangre fría pero sobre todo por su capacidad de deducción, su conocimiento de personajes siniestros y asesinos, y de todo terrorista que habite en el planeta.
Anika entre libros