Al finalizar una batida de caza, ocho cazadores descubren que dos compañeros, Jorge y Marcos, han fallecido en sus puestos, victimas de sendos disparos. Es entonces cuando comienzan las conjeturas: ¿Se han matado entre ellos, por la bella y virtuosa Verónica?
Las llegadas de la Guardia Civil, una incisiva periodista y el juez que instruirá el caso, darán un vuelco a la situación, descubriendo secretos y mentiras celosamente guardados.
- CAPITULO I
- Introducción
- El fatal descubrimiento
- CAPITULO II
- La espera en el bar a que se levantara la niebla
- CAPITULO III
- La conversación
- CAPITULO IV
- Las consecuencias del desahogo sexual
- CAPITULO V
- La llegada del farmacéutico al pueblo
- CAPITULO VI
- Los fatídicos hallazgos
- CAPITULO VII
- El surco de la bala
- CAPITULO VIII
- Las especulaciones y el levantamiento de cadáveres
- CAPITULO IX
- La detención del presunto asesino
- CAPITULO X
- Acusados y echados
- CAPITULO XI
- Infundir ánimos
- CAPITULO XII
- Las declaraciones en el juzgado
- CAPITULO XIII
- El encuentro con la periodista
- CAPITULO XIV
- El viaje hacia el pueblo
- CAPITULO XV
- La Investigación
- CAPITULO XVI
- El reencuentro
- CAPITULO XVII
- La llamada desde la comandancia
- CAPITULO XVIII
- Abertura y lectura de la carta del juez
- CAPITULO IXX
- El tercer hombre
- CAPITULO XX
- De sorpresa en sorpresa
- CAPITULO XXI
- Las explicaciones
- CAPITULO XXII
- El sepelio de Marcos
- CAPITULO XXIII
- El rifirrafe y la crónica del periódico
- CAPITULO XXIV
- Reconciliación en el funeral de Jorge
- CAPITULO XXV
- Embelesados
- CAPITULO XXVI
- Enterramiento de las cenizas de Jorge
- CAPITULO XXVII
- La superstición
- Final
- Reflexiones del autor