Estudiar Potosí, el centro minero del Alto Perú que inundó de plata los caminos y rutas que vinculaban a América con Europa y a Europa con Asia en el siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII, parecería no tener sentido, gracias a las innumerables investigaciones acerca de su importancia en la economía mundial. Sin embargo, en esta investigación se estudian la condición colonial de la ciudad de Potosí y algunos aspectos de la formación de los mercados locales, regionales e internacionales; el rol de la megaminería en el medio ambiente, los sistemas de trabajo, los mercados, la salud y el malestar de quienes vivían en los socavones extrayendo el mineral; así como la descomposición de las comunidades indígenas, convertidas por la ley colonial en un hormiguero de gentes que, arrancadas de sus centros de vida, debían acudir al trabajo de las minas y asumir distintas formas laborales.
Igualmente se discuten algunos problemas de método que pueden cambiar las imágenes que han prevalecido en los estudios de historia económica acerca de la producción anual de los metales. La simple conversión de los pesos de 8 reales a 450 o 272 maravedís deja de lado los diferentes tipos de monedas y unidades de valor que registraron los maestres de la plata, cuando arribaron con su botín a los puertos de la península ibérica. Igualmente, la política de los premios cambiarios debido a la devaluación del real de vellón en España abre muchos interrogantes acerca de la importancia del peso americano como unidad de transacción universal.
- Historia de dos ciudades
- Copyright
- LIBRO PRIMERO.— RESUCITADO
- Capítulo I.— La época
- Capítulo II.— La diligencia
- Capítulo III.— Las sombras de la noche
- Capítulo IV.— La preparación
- Capítulo V.— La taberna
- Capítulo VI.— El zapatero
- LIBRO SEGUNDO.— EL HILO DE ORO
- Capítulo I.— Cinco años después
- Capítulo II.— La vista de una causa
- Capítulo III.— Decepción
- Capítulo IV.— Enhorabuena
- Capítulo V.— El chacal
- Capítulo VI.— Centenares de personas
- Capítulo VII.— Monseñor en la ciudad
- Capítulo VIII.— Monseñor en el campo
- Capítulo IX.— La cabeza de la gorgona
- Capítulo X.— Dos promesas
- Capitulo XI.— Una conversación de amigos
- Capítulo XII.— El caballero delicado
- Capítulo XIII.— Un sujeto nada delicado
- Capítulo XIV.—El honrado menestral
- Capítulo XV.— Haciendo calceta
- Capítulo XVI.— Más calceta
- Capítulo XVII.— Una noche
- Capítulo XVIII.— Nueve días
- Capítulo XIX.— Una opinión
- Capítulo XX.— Una súplica
- Capítulo XXI.— Pasos que repite el eco
- Capítulo XXII.— La marea sube todavía
- Capítulo XXIII.— Estalla el incendio
- Capítulo XXIV.— Atraído por la montaña imantada
- LIBRO TERCERO.— EL CURSO DE UNA TORMENTA
- Capitulo I.— En secreto
- Capítulo II.— La piedra de afilar
- Capítulo III.— La sombra
- Capítulo IV.— Calma en la tormenta
- Capítulo V.— El aserrador
- Capítulo VI.— Triunfo
- Capítulo VII.— Llaman a la puerta
- Capítulo VIII.— Una partida de naipes
- Capítulo IX.— Hecho el juego
- Capítulo X.— La substancia de la sombra
- Capítulo XI.— Crepúsculo
- Capítulo XII.— Tinieblas
- Capítulo XIII.— Cincuenta y dos
- Capítulo XIV.— Fin de la calceta
- Capítulo XV.— Los pasos se apagan para siempre
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