Los cuerpos no se corrompen, sino envejecen. Las almas, sí.
En la otrora Venezuela «saudita» de finales de los ochenta, un grupo de amigos, recién graduados de la universidad, comparten sus sueños y anhelos. Unos quieren hacer fortuna lo antes posible y saben cómo y dónde hacerlo. Buscarán acercarse al poder político y seguir el camino de la corrupción que tanto daño ha causado a los países del llamado «tercer mundo». Esta es la historia íntima de alguno de ellos.