¡Un novel de ochenta años!
Alguien dirá que hay muchos motivos sobre los que escribir, y yo no pienso llevarle la contraria. Sí te diré, apreciado lector, que a mí me gusta sentarme en la terraza de un café e imaginarme lo que les acontece a los que deambulan por la calle; lo que tendría que decirse esa pareja de la mesa próxima que están enmudecidos; el problema que le atosiga al solitario que ingiere con rapidez su copa. A veces, también me gusta escribir sobre mis recuerdos y mis sentimientos.
Aproximadamente, esto es lo que encontrarás enestos relatos.
¡Un novel de ochenta años!
- LOS VIAJES
- Los músicosdel tren
- Fantasmas en el expreso
- El vagón de cola
- Compañeros de viaje
- Viaje en autobús
- Niños y muchachos
- Desayuno de niños
- Papeletas para un sorteo
- Juegos de niños
- Cosas de la gramática
- La tía y los sobrinos
- Las gafas del chico
- Lógica infantil
- De quibus rebus
- Zalagarda
- Charlatanes de feria
- Fotografía del padre
- El apagón
- De distinta clase
- Lluvia al anochecer
- En el camino
- Pobres amigos
- Subidos en la tapia
- Fábrica de pobres
- LAS RELACIONES
- El encuentro
- Amor cambiante
- Una batalla perdida
- Partida aplazada
- Una hermosamañana de otoño
- El consejero áulico
- La paloma y el gavilán
- La carta
- Café bar El arbusto
- El avión de las 8:30
- Días de fiesta