Nadie puede negarse una vez la gloria llama a su puerta.
Nos encontramos en una época de conquistas, una era de victorias, metal, sangre, arena y lágrimas: nos encontramos en mitad de una edad en la que la gloria está al alcance de cualquiera dispuesto a tomarla por la fuerza.
El Imperio es inevitable; Cratora avanza por el continente junto al ruido de un millar de soldados pisoteando sus praderas y alzándose triunfante ante todas las naciones que ocupan Paima. Pero su ansia no se detiene ahí; los cratos, ante todo, son un pueblo orgulloso y únicamente se contentarían con el dominio de todo mundo conocido. Todavía queda un lugar sin explorar: un continente misterioso, nunca conquistado, nunca vencido y nunca derrotado. Los habitantes del Imperio aún no lo saben, pero tal conquista está a punto de cambiar sus vidas por completo.