La luz nos crea tantos reflejos, y jóvenes, ni odiamos ni amamos.
Hay cuadros, no es de razón entenderlos, sino sentirlos reventando las emociones. El cuadro de Guernica, una explosión. Un impact o emocional.
Mi poesía, pretendiendo el impacto emocional, en las escasas emociones que la naturaleza nos concede. El día, consu ruta. La mañana, alegre, sol y luz. La tarde, con sus experiencias de razón, los porqués, temor en el ocaso. La noche, oscura y pavorosa, o el desenfreno, allá, en lo desconocido.
Tras mi poemario erótico, Íntimos y tocamientos, me atrevo con Mañanitas, esas emociones que rondan la primera etapa, el despertar, tan luminiscente y tan existencialista del ya, del ahora. Lo ideal amasado con las experiencias, inextricable tal comunión. Y pare deseos y rechazos a poco tardar.