«Algo está pasando y no solo en estos relatos:
¡La mente humana está desequilibrada!»
En nombre de Dios o de Alá se sigue matando. La amenaza entristece los ojos del ciudadano de a pie. ¡Qué desconcierto, qué inmoral y trágico! Y así vivimos, aunque todavía nos queda: una esperanza, la luz de arriba, las abejas, el violín, los árboles que hablan, la música y la poesía.
"La mente ordena, el corazón calla". El corazón no puede callar, hemos de escucharle.