Cuando llegues al punto final, habrá cambiado tu personalidad.
Atilano Tilo es un chaval de once años cuya vida, feliz y anónima, discurre sin contratiempos en la villa que le ha visto nacer. Es considerado con sus padres y sensible a las realidades que le rodean. Su única maldad, acaso, consiste en «tomar» de cuando en cuando algunas manzanas de los huertos que rodean el pueblo y, particularmente, del que limita con la iglesia.
Así las cosas, poco puede imaginar que su cómoda existencia vaya a dar un vuelco con el descubrimiento de sus rapiñas y, sobre todo, con la inesperada muerte de su madre. Suceden los hechos, sin embargo, y la crudeza de los cambios es tal que en poco tiempo, y aun sin llegar a la mayoría de edad, se ve convertido en un frío y brutal asesino. Las estancias en los centros penitenciarios no hacen otra cosa que cimentar en él una funesta visión de la ley convencional y la justicia establecida mientras, aun tiempo, le permiten poner a prueba sus refinadas habilidades.
El amor, en último término, hace acto de presencia en su truculenta trayectoria y le lleva a vislumbrar una posibilidad de cambio; un cambio que ansía y que, con veintitantos años cumplidos, se revelará al fin como el más arrollador de toda sucarrera.