El jefe que ama el flamenco, y la copla es el personaje.
Una mujer joven de origen humilde de un pueblo de Madrid, que solo estudió bachiller, ha trabajado un poco a salto de mata y también estuvo trabajando en Londres; habla inglés, aunque eso no le ha servido para gran cosa. Finalmente, volvió a vender pisos en una agencia, donde se enamora del dueño, joven y apuesto amante de la copla y del flamenco. Ella ha andado viviendo en el extrarradio y en pensiones cutres de las que está harta cuando hereda y, por fin, puede comprarse veinte metros cuadrados con una gran terraza en Arturo Soria, donde también se ha trasladado la agencia. Vende un piso y el comprador se enamora de ella. Es un hombre acomodado. Ella, dada la dureza de la vida que ha tenido, acepta ese amor, aunque ella siga enamorada de su jefe.
Eran cuatro amigas. Dos de ellas siguen en Madrid. La otra, Eva, vive en Texas con un marido muy rico que conoció en Londres en la barra de un pub; las amigas siguen muy unidas.
Hay un capítulo de realismo mágico con un chamán que va a la agencia.