Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Vol. II

Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Vol. II

  • Author: Díaz del Castillo, Bernal
  • Publisher: Linkgua
  • Serie: Historia
  • ISBN: 9788499539065
  • eISBN Pdf: 9788499531755
  • Place of publication:  Barcelona , Spain
  • Year of publication: 2011
  • Pages: 424

Bernal Díaz del Castillo nació en Medina del Campo, en 1495, y murió en Guatemala. Hijo de Francisco Díaz del Castillo, regidor de su ciudad natal, y de María Díez Rejón.

Viajó a América acompañado de Pedrarias Dávila y estuvo en las expediciones de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva. Participó con Hernán Cortés en la conquista de Nueva España, y estuvo en la «Noche triste», y en el asedio de Tenochtitlán, siendo herido de gravedad en Tlascala. Después vivió en la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala y allí se casó con Teresa de Becerra, hija del conquistador de Guatemala.

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  • SUMARIO
  • PRESENTACIÓN
    • La vida
  • HISTORIA VERDADERA
    • Capítulo CXLII. Cómo el capitán Gonzalo de Sandoval fue a Chalco y a Tamanalco con todo su ejército; y lo que en aquella jornada pasó diré adelante
    • Capítulo CXLIII. Cómo se herraron los esclavos en Texcoco, y cómo vino nueva que había venido al puerto de la Villarrica un navío, y los pasajeros que en él vinieron; y otras cosas que pasaron iré adelante
    • Capítulo CXLIV. Cómo nuestro capitán Cortés fue a una entrada y se rodeó la laguna, y todas las ciudades y grandes pueblos que alrededor hallamos, y lo que más nos pasó en aquella entrada
    • Capítulo CXLV. De la gran sed que hubo en este camino y del peligro en que nos vimos en Xochimilco con muchas batallas y reencuentros que con los mexicanos y con los naturales de aquella ciudad tuvimos
    • Capítulo CXLVI. Cómo desque llegamos con Cortés a Texcoco, con todo nuestro ejército y soldados, de la entrada de rodear los pueblos de la laguna
    • Capítulo CXLVII. Cómo Cortés mandó a todos los pueblos nuestros amigos que estaban cercanos de Texcoco
    • Capítulo CXLVIII. Cómo se hizo alarde en la ciudad de Texcoco en los patios mayores de aquella ciudad, y los de a caballo
    • Capítulo CXLIX. Cómo Cortés buscó a los marineros que eran menester para remar en los bergantines, y se les señaló capitanes que habían de ir en ellos
    • Capítulo CL. Cómo Cortés mandó que fuesen tres guarniciones de soldados y de a caballo y ballesteros y escopeteros por tierra a poner cerco ala gran ciudad de México
    • Capítulo CLI. Cómo Cortés mandó repartir los doce bergantines, y mandó que se sacase la gente del más pequeño bergantín
    • Capítulo CLII. Cómo desbarataron los indios mexicanos a Cortés, y le llevaron vivos para sacrificar sesenta y dos soldados, y le hirieron en una pierna
    • Capítulo CLIII. De la manera que peleábamos y se nos fueron todos los amigos a sus pueblos
    • Capítulo CLIV. Cómo Cortés envió a Guatemuz a rogarle que tengamos paz
    • Capítulo CLV. Cómo fue Gonzalo de Sandoval contra las provincias que venían a ayudar a Guatemuz
    • Capítulo CLVI. Cómo se prendió Guatemuz
    • Capítulo CLVII. Cómo mandó Cortés adobar los caños de Chapultepec, y otras muchas cosas
    • Capítulo CLVIII. Cómo llegó al puerto de la Villarrica un Cristóbal de Tapia que venía para ser gobernador
    • Capítulo CLIX. Cómo Cortés, y todos los oficiales del rey acordaron de enviar a su majestad todo el oro que le había cabido de su real quinto de todos los despojos de México
    • Capítulo CLX. Cómo Gonzalo de Sandoval llegó con su ejército a un pueblo que se dice Tuxtepec, y lo que allí hizo, y después pasó a Guazacualco
    • Capítulo CLXI. Cómo Pedro de Alvarado fue a Tutepeque a poblar una villa, y lo que en la pacificación de aquella provincia y poblar la villa le acaeció
    • Capítulo CLXII. Cómo vino Francisco de Garay de Jamaica con grande armada para Pánuco, y lo que te aconteció, y muchas cosas que pasaron
    • Capítulo CLXIII. Cómo el licenciado Alonso de Zuazo venía en una carabela a la Nueva España, y dio en unas isletas que llaman las Víboras
    • Capítulo CLXIV. Cómo Cortés envió a Pedro de Alvarado a la provincia de Guatemala para que poblase una villa y los trajese de paz
    • Capítulo CLXV. Cómo Cortés envió una armada para que pacificase y conquistase aquellas provincias de Higüeras y Honduras
    • Capítulo CLXVI. Cómo los que quedamos poblados en Guazacualco siempre andábamos pacificando las provincias que se nos alzaban
    • Capítulo CLXVII. Cómo estando en Castilla nuestros procuradores, recusaron al obispo de Burgos, y lo que más pasó
    • Capítulo CLXVIII. Cómo fueron ante su majestad el Pánfilo de Narváez y Cristóbal de Tapia, y un piloto que se decía Gonzalo de Umbria y otro soldado que se llamaba Cárdenas
    • Capítulo CLXIX. De en lo que Cortés entendió después que le vino la gobernación de la Nueva España, cómo y de qué manera repartió los pueblos de indios
    • Capítulo CLXX. Cómo el capitán Hernando Cortés envió a Castilla, a su majestad, 80.000 pesos en oro y plata, y envió un tiro, que era una culebrina
    • Capítulo CLXXI. Cómo vinieron al puerto de la Veracruz doce frailes franciscos de muy santa vida, y venía por su vicario y guardián Fray Martín de Valencia
    • Capítulo CLXXII. Cómo Cortés escribió a su majestad y le envió 30.000 pesos de oro, y cómo estaba entendiendo en la conversión de los naturales y reedificación de México
    • Capítulo CLXXIII. Cómo, sabiendo Cortés que Cristóbal de Olí se había alzado con la armada y había hecho compañía con Diego Velázquez
    • Capítulo CLXXIV. Cómo Hernando Cortés salió de México para ir camino de las Higüeras en busca de Cristóbal de Olí y de Francisco de las Casas
    • Capítulo CLXXV. De lo que Cortés ordenó después que se volvió el factor y veedor a México
    • Capítulo CLXXVI. Como desque hubimos llegado al pueblo de Ciguatepecad envió Cortés por capitán a Francisco de Medina
    • Capítulo CLXXVII. De en lo que Cortés entendió después de llegado a Acalá, y cómo en otro pueblo más adelante, sujeto al mismo Acalá, mandó a ahorcar a Guatemuz
    • Capítulo CLXXVIII. Cómo seguimos nuestro viaje, y lo que en ello nos avino
    • Capítulo CLXXIX. Cómo Cortés entró en la villa donde estaban poblados los de Gil González de Ávila
    • Capítulo CLXXX. Cómo otro día después de haber llegado a aquella villa, que yo no le sé otro nombre sino San Gil de Buena Vista
    • Capítulo CLXXXI. Cómo Cortés se embarcó con todos los soldados que había traído en su compañía y los que había en San Gil de Buena Vista
    • Capítulo CLXXXII. Cómo el capitán Gonzalo de Sandoval comenzó a pacificar aquella provincia de Naco
    • Capítulo CLXXXIII. Cómo Cortés desembarcó en el puerto que llaman de Trujillo
    • Capítulo CLXXXIV. Cómo el capitán Gonzalo de Sandoval, que estaba en Naco, prendió a cuarenta soldados españoles y a su capitán
    • Capítulo CLXXXV. Cómo el licenciado Zuazo envió una carta desde La Habana a Cortés
    • Capítulo CLXXXVI. Cómo fueron por la posta de Nicaragua ciertos amigos del Pedro Arias de Ávila
    • Capítulo CLXXXVIII. Cómo Cortés envió un navío a la Nueva España, y por capitán de él a un criado suyo que se decía Martín de Orantes
    • Capítulo CLXXXIX. Cómo el tesorero, con otros muchos caballeros rogaron a los frailes franciscanos que enviasen a un fray Diego de Altamirano
    • Capítulo CXC. Cómo Cortés se embarcó en La Habana para ir a la Nueva España, y con buen tiempo llegó a la Veracruz
    • Capítulo CXCI. Cómo en este instante llegó al puerto de San Juan de Ulúa, con tres navíos, el licenciado Luis Ponce de León
    • Capítulo CXCII. Cómo el licenciado Luis Ponce, después que hubo presentado las reales provisiones y fue obedecido, mandó pregonar residencia contra Cortés
    • Capítulo CXCIII. Cómo después que murió el licenciado Ponce de León comenzó a gobernar el licenciado Marcos de Aguilar, y las contiendas que sobre ello hubo
    • Capítulo CXCIV. Cómo Marcos de Aguilar falleció, y dejó en el testamento que gobernase el tesorero Alonso de Estrada
    • Capítulo CXCV. Cómo vinieron cartas a Cortés de España, del cardenal de Sigüenza don García de Loaysa
    • Capítulo CXCVI. Cómo entretanto que Cortés estaba en Castilla con título de marqués, vino la real audiencia a México, y en lo que entendió
    • Capítulo CXCVII. Cómo Nuño de Guzmán supo por cartas ciertas de Castilla que le quitaban el cargo
    • Capítulo CXCVIII. Cómo llegó la real audiencia a México, y lo que se hizo
    • Capítulo CXCIX. Cómo vino don Hernando Cortés, marqués del Valle, de España, casado con la señora doña María de Zúñiga
    • Capítulo CC. De los gastos que el marqués don Hernando Cortés hizo en las armadas que envió a descubrir
    • Capítulo CCI. Cómo en México se hicieron grandes fiestas y banquetes por alegría de las paces del cristianísimo emperador nuestro señor, de gloriosa memoria, con el rey Francisco de Francia, cuando las vistas de Aguas Muertas
    • Capítulo CCII. Cómo el virrey don Antonio de Mendoza envió tres navíos a descubrir por la banda del sur en busca de Francisco Váz
    • Capítulo CCIII. De una muy grande armada que hizo el adelantado don Pedro de Alvarado en el año de 1537
    • Capítulo CCIV. De lo que el marqués del Valle hizo desde que estaba en Castilla
    • Capítulo CCV. De los valerosos capitanes y fuertes soldados que pasamos dende la isla de Cuba
    • Capítulo CCVI. De las estaturas y proporciones y edades que tuvieron ciertos capitanes valerosos y fuertes soldados que fueron de Cortés, cuando vinimos a conquistar la nueva España
    • Capítulo CCVII. De las cosas que aquí van declaradas cerca de los méritos que tenemos los verdaderos conquistadores
    • Capítulo CCVIII. Cómo los indios de toda la Nueva España tenían muchos sacrificios y torpedades
    • Capítulo CCIX. De cómo impusimos en muy buenas y santas doctrinas a los indios de la Nueva España, y de su conversión
    • Capítulo CCX. De otras cosas y provechos que se han seguido de nuestras ilustres conquistas y trabajos
    • Capítulo CCXI. Cómo el año de 1550, estando la corte en Valladolid, se juntaron en el real consejo de Indias ciertos prelados y caballeros, que vinieron de la nueva España
    • Capítulo CCXII. De otras pláticas y relaciones que aquí irán declaradas, que serán agradables de oír
    • Capítulo CCXII bis. De las señales y planetas que hubo en el cielo de Nueva España antes que en ella entrásemos, y pronósticos de declaración que los indios mexicanos hicieron

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