«Como una niña que le teme a los truenos y relámpagos», la voz narrativa de Aquel, un impreciso reflejo se convierte, de modo angustiante, en el testimonio de un personaje acosado por una contradicción esencial: aceptar las caretas de una vida presente o asumir el traje femenino de una imagen. A partir de la fragilidad de la confesión –sello que subyace a la locura y la violencia de estas páginas–, asistimos como lectores a la representación de una realidad que nos inquieta, ya sea por la intensidad de la expresión de un mundo interior destrozado por las convenciones y ambiciones personales, ya por la anulación de un yo que es víctima y presa fácil de una obsesión mayor que lo ciega: la belleza estereotipada. En suma, un viaje íntimo al fluir de una conciencia. (Cristián Basso Benelli)