Para sentido del humor, el humor/de los humores pálidos, esqueléticos./Cuando te vuelves instalación de arte/en la sala desierta del segundo piso.//Las más suntuosas escaleras se ciegan/a las seis de la tarde de una tarde de invierno./El museo está mudo: ni perro, ni mochuelo,/ni nada, ni vuela.//Por un ojo de buey espía la noche/y toma posturas académicas en la conversación/el camastro donde soñabas./Tálamo de la muerte. Hipotálamo.
- ÍNDICE
- Intransigencias
- La naturaleza nunca miente
- Desgraciado suceso
- Almas exactas
- En qué quedó el viejo poema
- El niño insomne
- Súplica al enano maligno Scarbó
- Que los años te den
- La copla de Caraballo
- Regimiento de caballería
- Creyentes, uno
- Creyentes, dos
- Incrédulos, cero
- El malentendido sale caro
- Los ríos, los desiertos
- Mona Lisa en la hoguera
- Un año más
- Escrito en el campo, entre las moscas
- ¿Dónde van los largos senderos?
- El extranjero
- Lo irremediable
- Explicación del tímido
- Arrojamos una piedra
- El pozo
- El atajo
- Porque la tristeza disminuye
- Adolescencias
- Los amantes se debaten en el mundo de las ideas
- Los amantes viven según su naturaleza
- Hermes, compadre
- Nocturno es todo lo que se oye
- En los abismos de Katmandú
- Sobre un tema de Petrarca