La perspectiva que se ofrece en este libro sobre la transformación y crisis del liberalismo político contempla un marco espacial que oscila entre el europeísmo y el occidentalismo, en la medida en que, a la par que se concibe España dentro de Europa, se aborda América Latina como una región compleja, desigual y a la vez unitaria, formando parte del conjunto occidental. Y es que la doble identidad de España, Portugal e incluso Italia, como ámbitos sincréticos, europeos e iberoamericanos a un tiempo, convierte a estos países en el eslabón obligado para integrar las historias europeas y latinoamericanas en una perspectiva compartida, y contrastable, a los efectos de renovar el conocimiento sobre todas las realidades nacionales que se estudian en esta obra desde la atalaya de la historia del pasado liberal.