Pensar con lógica es el sello del comportamiento intelectual en la cultura occidental. Racionalidad es el vocablo que designa una modalidad del pensar que se apoya en principios de validez universal.
Este fenómeno, el descubrimiento de la razón, es el privilegio de la cultura griega. Fueron los antiguos griegos quienes descubrieron la razón que permite el intercambio entre los hombres, convirtiendo a la argumentación, la discusión y el diálogo en las condiciones necesarias para el despliegue intelectual, la búsqueda del conocimiento, y el establecimiento de las relaciones políticas.
Sin embargo, muchas veces se cree que la razón aparece en la historia dando un salto y clausurando un período oscuro. Un antes y un después en la biografía de la razón. Una aproximación cuidadosa, orientada críticamente, muestra en cambio un paisaje más rico en matices.
Nunca se verificó un corte brusco entre mito y logos, y si esto terminó por ocurrir, fue en el contexto de un proceso gradual. La realidad es que mito y logos formaron por mucho tiempo una articulación poderosa, fértil y de recíprocos beneficios.
El mito en modo alguno es expresión de una racionalidad malograda, debilitada o en estado de inmadurez: es una construcción intelectual distinta, de profunda riqueza, que tiende a mezclar los opuestos, a situarse provocativamente frente a las oposiciones, sin asumir contradicción alguna, y que contiene un enorme potencial de creatividad. Históricamente el pensamiento se ha extendido y desplegado en gran variedad de formas, y no hay fundamento para suponer que alguna de ellas tenga el privilegio de la exclusividad.