Lope basa el argumento de esta obra en la vida humilde, serena y en plenitud de Juan Labrador, plebeyo rico que acumula todas las buenas cualidades que se podían exigir a un buen vasallo de la España imperial. En su felicidad, incluso tiene ya redactado el epitafio de su tumba. Al saberlo, el Rey decide conocerlo y visitar al villano en su rincón. Confronta así Lope a sus dos personajes protagonistas, en un proceso de aleccionamiento mutuo que nos cuenta mucho acerca del funcionamiento del poder en el Siglo de Oro. Gracias a la cuidada e interesante edición de Juan Antonio Martínez Berbel, nos adentramos en una obra que, como buen ejemplo de la moral de su autor, no es sino una llamada a la libertad humana.