Por designios del Dueño de la Vida y de todo lo creado, después de sufrir la muerte en la tierra, se someten al "Primer juicio", donde se desnudan sus conciencias, acusándolos sin misericordia de cada uno de sus actos, buenos o malos, a través de su existencia y de acuerdo con el resultado, unos serán condenados a sufrir eternamente en el Infierno, por el deseo ardiente y sin escrúpulos de atormentarse a sí mismo, haciendo el mal por amor al mal, colocándose fuera de la misericordia Divina. Otros a pagar sus culpas en el Purgatorio y los limpios de pecados a vivir una vida llena de felicidad y plenitud