Había nacido una deslumbrante niña, con el cabello blanco como la nieve. Cuando abrió los ojos, todos los presentes retrocedieron atemorizados; pues eran rojos como la Luna y vibrantes como un profundo infierno… Ese fue mi nacimiento. La sangre de un demonio corre por mis venas; aunque fuera una bebé, la maldad dormía muy en lo profundo de mí ser.