El alcalde de una ciudad de la costa mediterránea aparece muerto en su casa, en su propia cama. Los indicios apuntan a que le han pegado un tiro en la cabeza a consecuencia del cual ha dejado de existir. Un policía a punto de jubilarse se encarga del caso, es un tipo de vuelta de todo, cansado, harto; su situación y personalidad le dan una visión panorámica privilegiada de toda la chusma que le rodea, y sabe por experiencia que nada es lo que parece.
En esta novela donde se mezclan intrigas, corrupción, resentimiento, odios y venganzas, uno se pregunta, entre otras cosas, si no será cierto que existe una justicia divina en forma de rifle de precisión de fabricación soviética.