Formada por una serie de nueve cartas escritas en el monasterio de Veruela y publicados en el periódico madrileño El Contemporáneo durante 1864. Las cartas que componen «Desde mi celda» testimonian el decisivo papel desempeñado por el entorno cisterciense del monasterio de Veruela, en el paso a la madurez personal de Gustavo Adolfo. Son cartas que implican un doble viaje: físico y simbólico, con su ida y su vuelta.