Lograr una síntesis entre cuerpo y espíritu no parece fácil y sin embargo es la vocación de toda mujer y todo hombre. Y el sueño de Dios sobre la humanidad. No sólo somos ?templos del Espíritu?, sino que el cuerpo es totalmente espíritu corporal. Un grupo de mujeres bíblicas nos ayudan a desmontar prejuicios y dualismos, y nos aportan una mirada más unificada, verdadera y evangélica del ser corporal que somos.