Los orantes saben que pueden dirigirse a Dios alabándole, pidiéndole favores o dones, dándole gracias, etc. Pero algunos olvidan la oración contemplativa pensando que es propia de personas consagradas y de las órdenes contemplativas. Sin embargo, Enrique Vilar, basado en su experiencia, anima a todos, especialmente a los laicos, a introducirse en este tipo de oración sin descuidar el trabajo de la vida cotidiana. Para ello, presenta las características de la oración contemplativa, los posibles escollos que se pueden encontrar al empezar este camino oracional y algunos consejos útiles para perseverar en ella. A través de las páginas de este libro, muy prácticas y escritas con gran sencillez, los que quieren tener a Dios como amigo podrán ponerse en disposición para acoger esa amistad y esperar confiadamente el encuentro con Él.