Tal vez la ambición de este poeta –¿cómo saber con certeza la ambición de la poesía?– sea traer a la vida de todos los días el fuego de una llaga viva de amor, ardiendo en el mayor silencio de comprensión.
Carlos Drummond de Andrade
Rodolfo Alonso, poeta verdadero, nombra lo que no tiene nombre todavía. Su poesía crece a la intemperie de lo que va a venir y está llena de hombres y de mujeres: le duelen “las cadenas/las manos de los otros”. Ve la palabra ajena y la alberga, la transforma, la calcina para devolverla limpia al otro.
Juan Gelman
Desde Salud o nada, que apareció en 1954, la vida y la obra de Rodolfo Alonso vienen dedicándose con exclusiva pasión al trabajo poético, en su triple vertiente de creación, de traducción y de reflexión sobre el arte singular de la poesía, buceando, como está escrito en su homenaje a Aldo Pellegrini, “en la opacidad de las palabras/a la búsqueda del momento justo”.
Juan José Saer