La presente investigación atiende la obra estética de Roman Ingarden en su relevancia para los estudios literarios. El acercamiento a sus conceptos fundamentales de origen en la fenomenología de Husserl implica, sin embargo, un análisis de los vehículos de su transmisión a lo largo de su historia y recepción. Para su actualización, Gerardo Argüelles pone a prueba la perdurabilidad de estas nociones al contrastarlas con el postulado de la diferencia poetológica de Horst-Jürgen Gerigk, quien —como Ingarden— centra la interpretación literaria en el reconocimiento ontológico de la peculiaridad de la obra, libre de prejuicios autorales y en suspensión de la actitud tropológica del lector; una empresa que al final se revela como un prolegómeno para una teoría fenomenológica de la obra literaria.