En los últimos años, las adicciones y en particular el consumo de diversas sustancias en los jóvenes se han transformado en un tema de gran relevancia e interés en nuestra sociedad. Ante ello nos propusimos plantear, desde un abordaje multidisciplinario, aspectos médicos, psicológicos, sociales educativos y legales. Se presentan resultados de diversas investigaciones que comprueban la creciente expansión del consumo en los adolescentes escolarizados y no escolarizados de la provincia de Córdoba poniendo de manifiesto que, en el actual contexto sociocultural y en diferentes ámbitos sociales, se encuentran múltiples factores de riesgo que incrementan la probabilidad que el adolescente manifieste problemas de conductas asociadas al uso y abuso de diferentes sustancias, trayendo aparejado, como resultado de ello consecuencias negativas, tanto en lo personal como en lo comunitario. Se analizan los efectos de la globalización sobre la construcción de subjetividades, la producción de riqueza como elemento que conlleva la producción de riesgos y la destrucción de las redes sociales como generadora de una violencia sistémica que acerca a las adicciones; se revisa el tema de las adicciones que se dan con el uso compulsivo o patológico de las nuevas tecnologías, o los trastornos de conducta alimentaria y porque no, el uso del tiempo libre y el “hacer nada. Se formulan modalidades de investigación-acción o talleres de reflexión, desde una perspectiva crítica, recordando que ‘para dar respuestas satisfactorias a las nuevas realidades sociales se requiere cuestionarnos sobre la validez de los conocimientos y procedimientos utilizados, de las aportaciones de las investigaciones, de las propias experiencias y actuaciones.., porque la educación es, también, una actividad histórica y contextual que es construida y recreada, día a día, según las ideas, los intereses, las creencias, los valores, las percepciones y los sentimientos de quienes se involucran en ella’.(Bas Peña). Finalizamos con una mirada a los aspectos legales ya que la legislación nacional no parece haber sido eficaz para controlar y contener su avance. De Cesaris señala que “si bien es innegable que el consumidor es un eslabón de la cadena, también es cierto que su judicialización no ha demostrado estadísticamente un freno disuasivo para el combate del delito, aunque la prioridad en la persecución del consumidor, distrajo, debilitó y postergó el ejercicio eficaz de todos los operadores responsables en la disminución y control del flagelo…Hay que sacar al adicto del ámbito punitivo, ingresándolo eficazmente al sistema de salud. La educación en la libertad es el único camino para generar conductas responsables, artífices fundamentales del bienestar general.”