El mercader de Tudela narra el incierto viaje de un hombre que va al encuentro de sí mismo. Muñiz-Huberman escribe una página más de ese libro ancestral en donde un pueblo nómada encuentra la única y verdadera tierra a la que se puede volver siempre.
- I. El gran álef en el cielo
- II. Hacia tierras de Cataluña
- III. Narbona
- IV. Montpellier
- V. Marsella
- VI. El viaje por mar
- VII. Por tierras de Italia
- VIII. Roma y hacia el sur
- IX. Más de Italia
- X. Maese Pedro
- XI. Alucena
- XII. El Ángel de la Verdad
- XIII. La ausencia
- XIV. La semilla
- XV. El viaje prosigue: Constantinopla
- XVI. Los quehaceres
- XVII. La música de las ciudades
- XVIII. En Oriente
- XIX. Los amigos
- XX. Asael
- XXI. Jaifa y ciudades vecinas
- XXII. Hacia Jerusalén y en Jerusalén
- XXIII. Sucesos
- XXIV. Pueblos, campos, ciudades
- XXV. Alucena es muchas Alucenas
- XXVI. Camino adelante: Damasco
- XXVII. La carta que llega
- XXVIII. Consecuencias
- XXIX. El Ángel piensa
- XXX. Benjamín sigue inspirado
- XXXI. Benjamín hace historia
- XXXII. Prodigios
- XXXIII. Alucena cuenta
- XXXIV. Benjamín por su lado
- XXXV. Samarcanda y otros relatos
- XXXVI. Alucena se desmenuza
- XXXVII. Lo diferente, lo extraño, lo lejano (India, China, Adén, Abisinia)
- XXXVIII. El Cairo
- XXXIX. Alejandría
- XL. El fin se precipita
- Los epílogos