Femenino melancólico

Femenino melancólico

En 1932 Freud admite el enigma de lo femenino como tal y se detiene en el reconocimiento de sus misterios: se trata, sin duda, de uno de los desafíos más complejos del psicoanálisis, el querer, a toda costa, aclararlos. Frente a la existencia de imágenes reivindicativas de reconocimiento de la feminidad, la expresión femenino melancólico se presenta provocadora por la fatalidad que denuncia, debido a una prematura asociación de la feminidad al masoquismo y a la pérdida, a los desbordamientos de afectos y al desamparo. Sabemos que si lo más extraño puede esconderse en la sombra del inconsciente, lo más privado puede alojarse en un discurso público. Las figuras de lo femenino no escapan a esa ley. La cuestión de lo íntimo y de lo extraño vuelve de nuevo, como cada vez que se trata de sexualidad: lo íntimo y lo extraño, y, por tanto, el sujeto y el otro.

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  • Índice
  • Femenino melancólico: una introducción
  • Primera parte Las vías interiores
    • La pasividad
      • ¿Por dónde empezar?
      • Las fantasías de seducción
    • De la fantasía «Pegan a un niño» al masoquismo moral
    • La sombra de Narciso: la reacción terapéutica negativa
      • El sí mismo, la relación fetichista y lo visual
      • La reacción terapéutica negativa
    • ¿Masoquismo o melancolía?
      • El hijo muerto
      • El dolor
  • Segunda parte Perder, reencontrar
    • Un lugar perdido
    • Fantasmas de amor
    • Los hombres no quieren curarse
      • Resistencias
      • Perlaboraciones
    • La mujer que avanza
    • Bibliografía

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