La poesía mistraliana es de gran esencialidad y de una inmensa fuerza interior, las cuales se funden para forjar poemas de contorno nítido, de cara y de cuerpo dimantinos. En ellos nada sobra, nada falta: lo pleno vivifica un decir casi siempre infalible. Lo que nos legó, compuesto en lo fundamental de Desolación, Tala, Lagar y Poema de Chile, revela una poesía novísima y arcaica, de vocación endógena, con un elan ascensional de veras soberano.