A lo largo de su brillante carrera profesional al frente de una entidad bancaria siciliana, donde ha demostrado su habilidad para resolver las complejidades financieras en un entorno minado por la mafia, Febo Germosino, el protagonista de esta novela, ha recibido tres cartas anónimas. Ahora, en la primera mañana de su vida de jubilado, las despliega cuidadosamente junto a una caja de cerillas. Una de ellas, recibida unos años atrás, contiene insinuaciones sobre la supuesta infidelidad de su esposa, la joven viuda con la que se casó hace una década. Elegantísima, enigmática, Adele es una espléndida e irresistible femme fatale, como una réplica de las divas americanas del cine en blanco y negro. Dotada de una sensualidad desinhibida que contrasta con el esmero con el que guarda las apariencias burguesas, Adele ha demostrado ser una esposa entregada a su marido, sólo que, en determinadas ocasiones, viste un viejo traje de chaqueta gris, de una impecable sobriedad, un traje que adquirirá un inquietante simbolismo, cuyo significado hubiese convenido no desentrañar jamás.
Una vez más, Andrea Camilleri consigue sorprendernos con una muestra de su fecundidad y maestría literaria. En esta breve e intensa novela de misterio psicológico ―que el autor ha descrito como «una historia conyugal»―, el matrimonio es el escenario de la dimensión cotidiana de la tragedia, a un tiempo último reducto del deseo y de la fantasía, y espejo de una sociedad hondamente corrupta.