Contrato social

Contrato social

Lo que hace de este libro de Rousseau un clásico fundacional del pensamiento político de la modernidad es el modo en que elabora una teoría de la soberanía como sujeto y una formulación del punto de vista de la legitimidad como instancia crítica. El Contrato social constituye la primera parte doctrinal de una obra sobre Instituciones políticas en la que el autor comenzó a trabajar hacia 1750 y que, probablemente por razones teóricas, nunca llegó a acabar. Así como en el Emilio Rousseau narra y teoriza la construcción de un sujeto humano, a la vez individual y genérico, que ejemplifica la construcción de una identidad racional, en la que cultura y naturaleza se entrelazan de forma no opresiva, el Contrato social construye un sujeto colectivo, la voluntad general, que permite pensar el tipo de vínculo social legítimo en el que no habría contradicción entre individuo y colectividad. Su actualidad es considerable en una sociedad como la nuestra que, al hablar de «muerte de lo político» y hasta de «sociedad sin hombres», se está quedando sin categorías filosóficas desde las que pensar el espacio político indispensable para dirimir los nuevos conflictos.

  • ÍNDICE
  • INTRODUCCIÓN: Rousseau y la política del sujeto
    • El estatuto de la pregunta: la acción y la crítica
    • Los elementos de la respuesta: nociones centrales del Contrato social
    • La voluntad general
    • Las instituciones políticas y el problema del individuo
    • La prioridad de lo social y la cuestión del totalitarismo
  • BIBLIOGRAFÍA
  • CRONOLOGÍA
  • CONTRATO SOCIAL
    • Libro primero
      • CAPÍTULO PRIMERO: Asunto de este primer libro
      • CAPÍTULO II: De las primeras sociedades
      • CAPÍTULO III: Del derecho del más fuerte
      • CAPÍTULO IV: De la esclavitud
      • CAPÍTULO V: De cómo es preciso elevarse siempre a una primera convención
      • CAPÍTULO VI: Del pacto social
      • CAPÍTULO VII: Del soberano
      • CAPÍTULO VIII: Del estado civil
      • CAPÍTULO IX: Del dominio real
    • Libro segundo
      • CAPÍTULO PRIMERO: La soberanía es inalienable
      • CAPÍTULO II: La soberanía es indivisible
      • CAPÍTULO III: Sobre si la voluntad general puede errar
      • CAPÍTULO IV: De los límites del poder soberano
      • CAPÍTULO V: Del derecho de vida y de muerte
      • CAPÍTULO VI: De la ley
      • CAPÍTULO VII: Del legislador
      • CAPÍTULO VIII: Del pueblo
      • CAPÍTULO IX: Continuación
      • CAPÍTULO X: Continuación
      • CAPÍTULO XI: De los diversos sistemas de legislación
    • Libro tercero
      • CAPÍTULO PRIMERO: Del gobierno en general
      • CAPÍTULO II: Del principio que constituye las diversas formas de gobierno
      • CAPÍTULO III. División de los gobiernos
      • CAPÍTULO IV: De la democracia
      • CAPÍTULO V: De la aristocracia
      • CAPÍTULO VI: De la monarquía
      • CAPÍTULO VII: De los gobiernos mixtos
      • CAPÍTULO VIII: De cómo toda forma de gobierno no es propia para todos los países
      • CAPÍTULO IX: De los rasgos de un buen gobierno
      • CAPÍTULO X: Del abuso del gobierno y de su inclinación a degenerar
      • CAPÍTULO XI: De la muerte del cuerpo político
      • CAPÍTULO XII: Cómo se mantiene la autoridad soberana
      • CAPÍTULO XIII: Continuación
      • CAPÍTULO XIV: Continuación
      • CAPÍTULO XV: De los diputados o representantes
      • CAPÍTULO XVI: La institución del gobierno no es un contrato
      • CAPÍTULO XVII: De la institución del gobierno
      • CAPÍTULO XVIII: Medios de prevenir las usurpaciones del gobierno
    • Libro cuarto
      • CAPÍTULO PRIMERO: La voluntad general es indestructible
      • CAPÍTULO II: De los sufragios
      • CAPÍTULO III: De las elecciones
      • CAPÍTULO IV: De los comicios romanos
      • CAPÍTULO V: Del tribunado
      • CAPÍTULO VI: De la dictadura
      • CAPÍTULO VII: De la censura
      • CAPÍTULO VIII: De la religión civil
      • CAPÍTULO IX: Conclusión

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