En esta obra se analizan las causas, efectos y mecanismos para sancionar la corrupción a partir de la construcción de un supraconcepto aplicable al sector público y privado —entendiendo la corrupción como la desviación del interés público que se desarrolla a través del abuso del cargo—, con el fin de obtener un beneficio extraposicional en la administración pública o en la empresa privada. Bajo este entendido, la corrupción no es un vicio propio del Estado o de los funcionarios públicos, sino que nace en la sociedad a través de prácticas indebidas pero toleradas desde la propia familia y luego difundidas a través de diversos métodos de reforzamiento cognitivo como la educación, el trabajo y las relaciones interpersonales. De esta manera, al contrario de lo que ha sostenido la doctrina durante muchos años, la corrupción pública no antecede a la privada, sino que, por el contrario, muchas costumbres antiéticas de la sociedad fueron paulatinamente trasplantados a la administración pública. Este trabajo pretende desmitificar el fenómeno de la corrupción, para concebirlo como un riesgo latente en cualquier organización social pública o privada y no como un estigma asignado a individuos concretos.