Este es un libro de poemas escritos en dos ciudades. Mientras trabajaba en ellos no hubo una búsqueda, un horizonte claro, se trataba sólo de hacer más llevadera la vida diaria… de los amores pasajeros con los que no necesitamos intercambiar palabra para alegrarnos el día, de la soledad, de las reflexiones a las que ella nos lleva. Luego observé que un lugar te lleva a escribir de una manera que no es posible en otro, los ritmos en los que se mueve la vida en La Paz o en Santiago también se traducen en los ritmos de la escritura. Cada ciudad tiene su manera de respirar. La introspección guiada por lo que se mueve en el mundo externo, se resuelve en el encuentro que puede darse en ambos lugares, el encuentro es el encuentro y trasciende el espacio.