26 de abril de 1937, lunes, día de mercado en Guernica, capital de la comarca vizcaína de Busturialdea y ciudad santa de los vascos y sus símbolos nacionales. Por la cercanía de los combates se ha suspendido el partido de pelota vasca, pero reina el ambiente festivo de los días feriales.
A las cuatro y media de la tarde, el cielo se oscurece: más de 60 aviones de la Legión Cóndor nazi, de la Aviazione Legionaria fascista y de la aviación franquista descargan durante tres horas una treintena de toneladas de bombas explosivas y seis de bombas incendiarias sobre Guernica y sus 6.500 habitantes. Cuando se retiran, dejan una ciudad con el 99% de los edificios arruinados –un 71% totalmente destruidos– y, milagrosamente, poco más de 150 víctimas mortales. El que se considera el primer «bombardeo en alfombra» de la historia ha sido un éxito.
Ante el escándalo internacional por lo que se creen más de diez mil muertos, comienza la batalla de la propaganda y la desinformación. Mentiras y exageraciones aún vigentes en ciertos ámbitos en el setenta y cinco aniversario del final de la guerra civil. 1937: el crimen fue en Guernica, al que se suma un exordio sobre el asesinato de Federico García Lorca, es para el historiador Jorge Martínez Reverte «una precisa descripción de todo el proceso de indagación. Y una reconstrucción exacta, con las armas del periodista y del historiador, de cómo se intentó manipular la historia y de cómo se consiguió que aflorara en su completitud. Y ésa es la faceta más apasionante de este trabajo. Porque, sobre este asunto, Ignacio Fontes ha cerrado, yo creo que definitivamente, el relato. La cadena de mando, las intenciones, los medios, el número de víctimas, las formas de la manipulación… Es en buena medida una indagación ejemplar en los dos terrenos, el histórico y el periodístico».