Jesús intentaba llevar al pueblo a descubrir la presencia de Dios en la vida, pero, en última instancia, el pueblo tenía que descubrir esa presencia por sí mismo. Por eso, al dirigirse a la gente que le escuchaba, Jesús tenía que hacer saltar la chispa dentro de la cabeza de sus seguidores. Y para ello nada mejor que las parábolas, enseñanzas sacadas de las cosas de la vida que el pueblo conocía, entendía y vivía. Sin esos ejemplos, las gentes sencillas nunca habrían llegado a descubrir lo que Jesús quería comunicar sobre Dios y sobre el Reino de Dios.
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- Presentación
- Primera parte. Metodología
- Esquema y método de trabajo
- La filosofía de estas guías de lectura
- Segunda parte. Las parábolas de Jesús
- Mijo y mandioca, pájaros y flores: El mensaje de Dios en los oyentes
- Jesús en la vida de su pueblo:
El rostro de Dios en la vida diaria
- Vida con etiqueta, vida sin etiqueta: El verdadero sentido de la vida
- El método de las parábolas: Más actual de lo que creemos
- “Sólo hablaba en parábolas”: ¿La parábola ilumina u oscurece las cosas?
- Esquema de trabajo: Las riquezas de Dios en nuestra vida
- Resumen: Un rostro que no acaba de definirse del todo
- Tercera parte. Guías de lectura
- La lotería de Dios
- ¿De dónde ha venido esa cizaña? ¡Nadie la ha sembrado!
- Todo lo grande nace de algo pequeño: El futuro comienza en el presente
- No se ve crecer la planta, pero crece
- El condimento que da sabor a las cosas
- La cosecha no depende sólo de la semilla
- Quien se duerme en el andén pierde el tren
- Cosas de la vida que no pasan en la vida
- Cuarta parte. Celebración
- Índice