«Los abogados» es el nombre con el que se definen los protagonistas de esta novela que rinde homenaje a la obra de Antoine Volodine; personajes a caballo entre el lumpen carcelario de Bogotá, -pertenecientes a un cártel y a negocios turbios- y la figura de revolucionarios que actúan con un fin liberador. Son voces narrativas que expresan un estado de las cosas, de sí mismos y de los paisajes que visitan, paisajes que van de la mano de la proyección del pensamiento y de la propia memoria, como relato de una vida fragmentada y sin anclajes.
Diana o ¡Que viva el reguetón! plantea una utopía entre los bajos fondos. Y desarrolla una reflexión sobre lo que la literatura puede hacer hoy en día, hallándose ella misma en una posición marginal.