Fulva Silva: Bosque esencial poblado de árboles y versos donde la púa desnuda de la dicción clásica ensaya injerto en el vigoroso patrón de la vanguardia moderna. Huerto de la memoria, bañado por luces fulvas, donde el impulso erótico de otoño o la siembra primorosa de palabras promueven el conjuro de la muerte y del olvido con la misma pasión con que el junco del berceo, o el bulbo de la anémona o del lirio, procuran bajo tierra la conquista permanente de la vida renovada.