Frente a la amalgama de estudios parciales sobre la narrativa y la poesía de Roberto Bolaño, este estudio se ha propuesto un objetivo más integral. Siguiendo las indicaciones del propio autor que señalaban que toda su ficción estaba interconectada y que tenía como finalidad convertirse en una obra total, se ha tratado de descubrir las líneas o concepciones estéticas que configuran ese espacio poético común al que alude y del que bebe toda su literatura.
Identificar su poética sería como descubrir el ADN de su creación, el conjunto de moléculas que unidas registran toda la información genética del autor, las señas de identidad inequívocas que subyacen en su obra.
La ficción de Bolaño es altamente metaliteraria, en las páginas de sus novelas se evidencia una constante reflexión en torno a los parámetros fundamentales que definen su estética y que tratan de responder a las siguientes cuestiones: qué es la literatura, qué papel tiene en la realidad y cuáles son sus límites, el canon y la marginalidad, para qué sirve la lectura, cuál es la materia prima de la creación y junto a esto, una descripción, feroz crítica y desacralización de los mundos y submundos que rodean a las letras y las contaminan.
El otro aspecto que aparece ligado a su estética es su concepción del oficio de la escritura y los valores o el compromiso que supone elegir esta profesión. Los personajes principales de sus relatos son poetas, narradores o artistas con unas características muy particulares: constituyen una hermandad de valientes, marginales, nómadas, con un sistema ético determinado por su amor incondicional a la literatura. Tanto sus acciones y como su retórica exponen una postura frente al arte y lo que significa ser un escritor fidedigno.