Con los Ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola, que tomaron su forma final en el año 1548, la meditación espiritual trasciende por primera vez en su historia las instituciones clericales y empieza a influir en varios ámbitos de la vida cultural. Los jesuitas renuncian al lugar cerrado del monasterio. En consecuencia, los Ejercicios ignacianos se fueron difundiendo mediante las múltiples actividades seculares del orden en las esferas religiosas, políticas, sociales y estéticas, en los albores de la modernidad. Sus huellas se encuentran tanto en la cultura popular como también en la ética y las normas de las élites cortesanas.
Este proceso de divulgación y secularización de la meditación espiritual se debe, sobre todo, a la capacidad de síntesis que caracteriza los Ejercicios ignacianos. Sus técnicas autosugestivas armonizan los aspectos contradictorios de la subjetividad barroca, vinculando sus elementos seculares y espirituales de manera sumamente eficaz. Los Ejercicios espirituales tuvieron gran influencia en la estética barroca, cuya meta consiste en la estimulación de los afectos y que puede entenderse no solo como programa estético, sino también como arte de vida. Esta doble función se manifiesta en las obras religiosas y seculares de Francisco de Quevedo, representadas por los poemarios Un Heráclito cristiano y Canta sola a Lisi vinculación que este libro analiza de manera magistral.
- Cover
- Title page
- Copyright page
- Índice
- I. Meditación y poesía: Perspectivas de una negociación barroca
- II. Texto y contexto de los Ejercicios ignacianos
- 1. Pérdida del centro: Una arqueología del engaño barroco
- 1.1. Del saber universal al saber nominalista: Latencia de las sustancias
- 1.2. La cosmología copernicana y la escolástica: Antinomias del Barroco
- 1.3. Entre la antropología metafísica y la antropología empírica: Posiciones del sujeto
- 2. Cálculo estratégico y huida contemplativa del mundo: Paradigmas de la subjetivación barroca
- 2.1. El hablar suplementario: El estilo conceptista
- 2.2. El actuar suplementario: Racionalidad cortesana y perspectivismo barroco
- 2.3. ¿Recentralización metafísica? Sobre la genealogía de la espiritualidad
- 3. Autopráctica meditativa y estética barroca: Los Ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola
- 3.1. Retorización: Imaginación y afección
- 3.2. Psicologización: Narcisismo y sucesión
- 3.3. Poetización: Lenguaje y sonido trascendente
- III. Ciclo poético ignaciano: Un Heráclito cristiano
- 1. Ejercicios espirituales y proyecto de vida barroco: Los tratados ascéticos
- 2. Macroestructura: Disposición programática y organización cíclica
- 3. Autoconstitución inicial: Percepción reflexiva y meditación sobre el pecado (Salmo I)
- 4. Atricionismo: Meditación sobre la creación y el infierno (Salmos VII, VI)
- 5. Lamento onomatopéyico y aniquilación mística (Salmo V)
- 6. Recepción meditativa de los mitos: El Narciso espiritual (Salmo VIII)
- 7. Subtexto petrarquista y alegoría apotropaica (Salmos IX, XI, XIV)
- 8. Pasión imaginaria y percepción antropomórfica (Salmo XVII)
- 9. Muerte espiritual: Abstracción alegórica y experiencia somática (Salmos XVI, XX)
- 10. Renovación interior: Entre la metamorfosis ritual y la retórica (Salmo XXII)
- IV. Amor petrarquista y mortificación meditativa: Canta sola a Lisi como ciclo dialógico
- 1. Niveles de la transformación dialógica: Ciclos, tópica, afectividad
- 2. Cárcel de amor y peligro espiritual: “Qué importa blasonar del albedrío”
- 3. Entre estimulación afectiva y contención ascética: “Los que ciego me ven de haber llorado”
- 4. Reflejos del sujeto y metamorfosis del objeto: “En crespa tempestad del oro undoso”
- 5. Muerte de amor y polílogo petrarquista: “Molesta el Ponto Bóreas con tumultos”
- 6. Claustro interior e infierno de amor alegórico: “En los claustros de l’alma la herida yace callada”
- 7. Meditación sobre la muerte e inmortalidad poética: “Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra”
- V. Aberturas: Meditación-doctrina de Estado-sátira
- Bibliografía
- Índice onomástico