Bastaría una pequeña selección de las Meditaciones de Marco Aurelio para ubicarlo en el lugar significativo que ostenta en la historia de la antigüedad. Su obra ha sido libro de cabecera de muchos gobernantes y sabios a través de siglos. Su vigencia esindudable: «Es preciso tener siempre presente esto: cuál es la naturaleza del conjunto y cuál es la mía, y cómo se comporta esta respecto a aquella y qué parte, de qué conjunto es; tener presente también que nadie te impide obrar siempre y decir lo que es consecuente con la naturaleza, de la cual eres parte». «Concibe sin cesar el mundo como un ser viviente único, que contiene una sola sustancia y un alma única, y cómo todo se refiere a una sola facultad de sentir, la suya, y cómo todo lo hace con un solo impulso, y cómo todo es responsable solidariamente de todo lo que acontece, y cuál es la trama y contextura». «Te equivocas, amigo, si piensas que un hombre debe calcular el riesgo de vivir o morir, incluso siendo insignificante su valía, y, en cambio, piensas que no debe examinar, cuando actúa, si son justas o no sus acciones y propias de un hombre bueno o malo».